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Por: Desarrollo Acción MK Publicado: marzo 21, 2018 En: Blog, Marketing Digital Comentarios: 0

Uno de los retos por excelencia del marketing nos lleva a tratar de ser magos, no de forma literal, pero casi.

¿Qué es es lo que hace que un producto u oferta nos resulte atractivos? ¿Es el precio? ¿La presentación? ¿Son ambas? Te proponemos que lo pienses durante un minuto antes de seguir leyendo este artículo.

Beneficios del marketing digital

¿Ya? Lo más probable es que la mayor parte de ideas que se te han ocurrido podríamos sintetizarlas en que el producto debe ser relevante para ti. Y de esta relevancia vamos a tratar en este artículo.

En el contexto en el que nos situamos, la relevancia trata de aquellos productos que nos interesan y que encajan en el precio. ¿Pero que otros factores tienen que ocurrir para que nuestra propuesta sea relevante para nuestra audiencia?

Será necesario alinear varios factores para que nuestro producto resulte realmente relevante, y esto se traduzca en el efecto esperado en las ventas.

El marketing relevante

¿Qué factores están implicados? ¿Cómo hago que mi estrategia de marketing sea relevante?

  1. Producto: lo primero y fundamental será que el producto sea apto y conveniente para la persona que recibe el impacto publicitario o de contenido.
  2. Momento del proceso de compra: será necesario que reciba el impacto en la fase del proceso de compra adecuada.
  3. Contenido o mensaje: para que nuestro contenido o mensaje sea relevante, será necesario que este “ataque” las necesidades de ese consumidor o de ese perfil de audiencia.
  4. Canal: necesitaremos que el canal elegido se ajuste al perfil de la audiencia a la cual nos dirigimos, y al momento del proceso de compra.
  5. Sitio: para finalizar, será también una cuestión importante que el sitio elegido sea el que utilice nuestra audiencia (web, red social, etc.)

Cuando logramos conjugar estos cinco factores, nuestra comunicación se transforma en relevante. Nuestra audiencia nos prestará atención. Mientras que, un fallo en cualquiera de estos, podría poner en peligro esta oportunidad y ese posible cliente.

En esto consiste la lucha incesante entre las marcas por la atención de su audiencia. Aquella empresa que sea capaz de equilibrar el volumen con la calidad y además ser relevante, gana.

Para esto, primero deberemos definir un posicionamiento que nos sitúe como una propuesta atractiva para nuestros potenciales clientes, y que nuestra propuesta de valor cubra sus necesidades, descarte sus frenos de compra y potencie los logros.